El endurecimiento de las leyes europeas que regulan la producción y el uso de materias fitosanitarias parece que tienen su respuesta en la industria según este artículo de Infoagro.
La noticia tiene un marcado carácter de preocupación y adjudica al marco regulador la responsabilidad de la crisis del sector. ¿No es esta una visión un poco simplista? ¿No será que el sector agroquímico carece de la imaginación y capacidad de trabajo que requiere el sector agrícola en este momento? A menudo, gobiernos y sindicatos agrarios se quejan de los precios de los productos agrícolas, de lo elevados que son los costes de producción, cada vez más ligados al sector energético, y de como los sistemas de distribución de alimentos ahogan a los agricultores con precios de venta ridículos que, en ocasiones, no cubren los costes de producción.
Una mala gestión de las políticas comunitarias, la conocida subvención de la PAC y un nulo interés por la investigación pública en el sector agrario han generado una clase social agrícola dependiente y, en general, con muy poca capacidad de innovación, por lo menos en el estado español.
Existen formas de producción agrícola mucho menos dependientes de la energía, cuyos pilares son la sostenibilidad, entendida en términos económicos, ambientales y sociales, y la adaptación al medio, en contraposición a la adaptación del medio. Sin embargo, estas formas de producción, no son tenidas en cuenta en la mayoría de los paises, quedando como una agricultura marginal.
A la pregunta de por qué esto es así, la mayoría de las respuestas se centran en cuestiones productivas: que con la agricultura ecológica no se puede alimentar a todo el planeta, que se necesitaría mucho más suelo agrícola, en fin, de nuevo con la perspectiva del monóculo. ¿Somos capaces actualmente de alimentar a toda la población? La respuesta está clara, no somos capaces, pero no es una cuestión de productividad agrícola, es más bien una cuestión de reparto. Por el trabajo que he desempeñado en los últimos años he podido comprobar personalmente como gran parte de lo que se produce en la huerta se acaba tirando o convirtiendo en compost (en el mejor de los casos), la razón, que no cumple con las características visuales que demanda el mercado. Datos concretos sobre este tema son difíciles de obtener, pues ni en la bases de datos agrícolas del INE (Instituto Nacional de Estadística), ni en el anuario de estadísticas agrarias desarrollado por el MAGRAMA (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente) se reflejan las cantidades de frutas y hortalizas que se desechan por no cumplir con las exigencias del mercado. A estos alimentos habría que sumar las toneladas que acaban en los cubos de basura de supermercados y otros establecimientos y terminar por los consumidores. Según la FAO en la publicación Pérdidas y Desperdicios de Alimentos en el Mundo, Europa, Estados Unidos y Asia industrializada desperdician en torno al 32% de sus producciones, mientras que el resto del planeta, los denominados paises en desarrollo, apenas llegan al 8%. Las cifras están claras, es un problema de reparto.
En cuanto a la necesidad de mayor superficie, si tenemos en cuenta que el más del 60% de las producciones agrícolas están destinadas a la alimentación animal (FAO) y consideramos además los cambios en las tendencias alimenticias de los últimos 50 años en los paises industrializados, con un marcado aumento en los consumos de productos de origen animal, el problema del reparto desigual se pone de nuevo de manifiesto y desmonta las teorías sobre la necesidad de mayor superficie agrícola si queremos alimentos ecológicos.
Pero claro, el sistema actual de producción de alimentos tiene algo positivo para los que lo mantienen, genera ingentes cantidades de dinero y los factores implicados son tantos, que es fácil manipular a la población y hacerle pensar que en África pasan hambre porque están siempre en guerra.
La reflexión que hace este artículo está basada en una visión totalmente sesgada e influida por los intereses económicos de quienes sustentan un portal como Infoagro. Nos parece una pena, sobre todo después de haber usado este portal en infinidad de ocasiones cuando éramos estudiantes, que junto con la industria agroquímica, hayan perdido el norte y publiquen noticias como ésta.
¡Pero si en Heliconia formáis a profesionales para que manejen productos fitosanitarios! Vaya incoherencia
Si, es cierto, si eres un profesional de la agricultura o la jardinería te enseñamos los peligros de los productos fitosanitarios, sus consecuencias, por qué deberías evitar su uso, te enseñamos cómo debes protegerte y cuales son las consecuencias para tu salud y la de los que te rodean si no lo haces, te enseñamos a manejar equipos con seguridad. En fin, te mostramos alternativas más respetuosas con la salud y el medio ambiente a la vez que ponemos a disposición de nuestros alumnos y alumnas la información necesaria y el asesoramiento en el resto de su vida profesional.