Descripción:
Una de las plagas más debastadoras de los últimos años es el picudo rojo. Un coleóptero de gran tamaño, perteneciente a la familia curculionidae y que ataca principalmente a la palmera Phoenix Canariensis L., aunque también afecta a especies del género Washingtonia. Su control mediante endoterapia parece uno de los métodos más exitosos de la actualidad, si bien su control mejora considerablemente cuando se combinan varias técnicas.
Sintomatología:
Los primeros síntomas consisten en cortes más o menos lineales sobre las hojas más tiernas. Estos pueden resultar complicados de ver, pero son clave para un buen tratamiento. Adelantarnos a daños más profundos va a resultar en muchas más probabilidades de éxito con la endoterapia.
Cuando los daños se han extendido por el tronco y llegan a la yema terminal, el síntoma más característico es el aspecto «lánguido» que presentan las palmeras, con las hojas externas apuntando hacia el suelo y muchas de ellas, sobre todo las centrales e las más recientes, marchitas. La parte terminal de muchas hojas externas suele estar algo retorcida sobre sí misma. En las axilas de las hojas, sobre todo en la corona de la palmera, y en diferentes zonas del tronco, pueden apreciarse galerías producidas por las larvas de hasta 1 metro de longitud y unos dos centímetros de diámetro, que se encuentran fácilmente cuando se retiran las hojas externas.
Identificación y control mediante endoterapia:
El adulto es un gorgojo típico, de color anaranjado ferruginoso y gran tamaño (4-5 cm.). Tiene un característico rostro alargado. El adulto es capaz de desplazarse en vuelo largas distancias, aunque parece que en España se comporta de manera bastante sedentaria. Su actividad es diurna.
Los huevos son depositados en galerías que las hembras practican previamente en los tejidos blandos de la palmera (zonas de heridas abiertas), son grandes, ovalados y de color blanco. Cada hembra pone entre 300 y 400 huevos.
La larva es blanquecina, con la cabeza marrón y el escudo protorácico levemente marcado. Es gruesa, piriforme, y su tamaño máximo oscila sobre los 5 cm. Pasa por 5-6 estadíos.
La pupa tiene lugar en un capullo trenzado por la larva con las fibras de la propia palmera y tiene un tamaño aproximado de unos 6 cm.
Es una especie con generaciones sucesivas, sin diapausa. Pueden encontrarse insectos en cualquier fase del ciclo en cualquier momento del año. El ciclo dura aproximadamente 4 meses si las temperaturas son moderadas-altas (25-30 Cº), aunque el crecimiento de las larvas es muy desigual y algunas tardan en completar el ciclo hasta 6 meses.
Su control mediante endoterapia se realiza con soluciones de abamectina al 1,8% y con soluciones de azadiractina al 1%. Al igual que pasaba con paysandisia, la concentración dependerá del nivel de infestación. Los tratamientos se realizaran entre abril y septiembre. En cualquier caso, recomendamos el uso de hongos entomopatógenos como Bauveria Bassiana y la captura de adultos.
Agradecimientos a: Katja Schulz y Alejandro Torres por las imágenes.